lunes, 20 de agosto de 2012

¿QUÉ SUCEDE SI VAMOS A MISA DOMINGO A DOMINGO PERO SIN HACER NUESTRA TAREA?

UN PAN UNE A MUCHOS GRANOS DE TRIGO Y EL VINO UNE A MUCHÍSIMAS UVAS. ASÍ, EL CUERPO DE CRISTO, EN LA EUCARISTÍA, NOS UNE EN UN MISMO CUERPO (EL SUYO) A TODOS LOS HIJOS DE DIOS.

En la misa ocurre un intercambio: Jesús se ofrece al Padre por amor a nosotros y nosotros nos ofrecemos a Jesús por amor a Dios. Y cuando nos ofrecemos cada uno no lo hace solo, lo hacemos juntos, teniento a todos presente en la mente y en el corazón. Esto está representado en el pan (proviene de muchos granos que se han encontrado en una misma forma) y en el vino (proviene de muchas uvas que cada una se ha dejado triturar para ser vino).

Nos dice ésto lo que en nosotros ha de acontecer. Para llegar a ser ofrenda agradable al Señor debemos llegar a Misa triturados: habiendo muerto con Cristo, viviendo día a dia nuestro bautismo, sumergiéndonos con Cristo, por Cristo y en Cristo en la pasión y muerte de nuestra propia vida cotidiana:en el servicio, en el dejar la murmuración, el chisme, en el perdón, el sacrificarse por los demás, el dar sin esperar retribución. Ese es nuestro sendero y nuestra cruz para así compartir la gloria de Jesucristo. Y diríamos entonces como san Pablo: no puedo sino gloriarme en la cruz de Cristo (Gal 6, 14).

Venimos a Misa a comprender nuestras vidas. Se necesita una mirada de fe para alejarnos del peligro de quedarnos mirando con los ojos de la carne lo que vemos durante la Eucaristía. Por ello la mayoría sale de Misa sin haberse dado cuenta de todo lo que allí adentro acontece.

Los granos de trigo antes de ser pan han sido triturados, al igual que las uvas antes de ser vino. Jesucristo se nos entrega en la Eucarstía en su Cuerpo y su Sangre, en las apariencias de pan y vino para que lo trituremos. ¿Cómo acercarnos nosotros a comulgar con Él sin que el Señor nos triture a nosotros?. ¿Cómo puede haber comunión si una de las partes en el encuentro no está triturada? ¿Que tal si al intentar triturarnos, Jesucristo en lugar de encontrarse con un pan se consigue con una piedra y se parte los dientes por culpa nuestra? Participar con Cristo en su Pasión, Muerte y Resurrección es llegar también triturados al encuentro de comunión.

Jesucristo una vez y para siempre se tritura en la cruz por nosotros como grano de trigo que cae en la tierra y muere, para luego retoñar de la tierra dándonos a todos vida en plenitud. Quien en lo cotidiano no muere a sí mismo no logra vivir el encuentro de comunión con Cristo en la Eucaristía, pues aún no se ha ofrendado; es decir, ha vivido guardando su vida, no se ha sacrificado; de igual modo como un grano entero de trigo aún no puede participar de un pan o como una uva entera no logra participar del vino. Ambos permanecen fuera... por ello dijo nuestro Señor: "El que come de mi cuerpo y bebe de mi sangre permanece en mí y yo en él y yo le daré vida eterna. El que me come vivirá por mí> (Jn 6, 56-57). 

Podemos estar yendo a Misa todos los domingos o diariamente, pero sí aún no hemos empezado a morir a nosotros mismos en el día a día, si aún permanecemos resistentes a dar pasos de conversión dejando a un lado de nuestras vidas lo que no es de Cristo, aún no hemos participado y vivido de la primera misa según el plan y la voluntad de nuestro Señor. Debemos ver e ir a la Misa según la voluntad de Cristo y no la propia.

Hay comunión al acercarnos a recibir la hostia consagrada cuando ambos (Jesucristo y nosotros) venimos de habernos dejado triturar, al igual que el pan y el vino, por una misma razón: por amor a Dios y por confiar en la promesa de gloria que el Padre nos ha dado.

Si muchas veces nos distraemos en la misa es tal vez por que hemos olvidado o no sabemos a lo que estamos yendo y cómo debemos de llegar a ella: triturados para unirnos en ofrenda al sacrificio de nuestro Señor. De lo contrario significa que hemos permanecido haciendo celebraciones y ofrendas vacías, huecas, de esas que el Señor aborrece.

Sin haber llegado triturados a la misa, como el trigo para el pan o la uva para el vino,habremos llegado a la Eucaristía como el mal alumno que llega día a día a sus clases en el colegio sin la tarea hecha. De seguir así perderá el año... Y nosotros, de seguir así, yendo a la Misa sin hacer nuestra tarea.....¿Qué perderemos?: estamos PERDIENDO LA VIDA ETERNA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario