jueves, 21 de marzo de 2013

NECESITAMOS PROFUNDAMENTE CONFESAR LOS PECADOS Y NO BASTA CON SÓLO ARREPENTIRSE.




Un juez no absuelve a “X” preso de pena de cárcel por algún delito, porque el juez sea SANTO sino porque recibió el poder del Estado para ello. El sacerdote no perdona por estar LIBRE DE PECADO sino porque recibió poder de Cristo para la absolución. No ir a confesarse con un sacerdote porque él comete pecados es como no ir a consultar a un médico porque el médico se enferma. (1)

La persona que dice confesarse sola, se deja engañar por Satanás y se engaña a sí misma, ya que la Palabra de Dios le pide proceder de manera contraria a como piensa y no actúa como un discípulo: ser dócil ante Dios. En segundo lugar, porque sola, de modo unilateral, una persona no puede liberarse de un pacto o alianza que quebrantó y que es entre dos: Dios y la persona. Del mismo modo, cuando un niño se ha puesto muy triste debido a una travesura que cometió y un regaño que de su mamá recibió; el niño encontrará su paz cuando su mamá o su papá lo abracen y no cuando el solo se arrepienta.

En el Antiguo Testamento está escrito:
Lev 5,25-26: "Cada uno debe hacer expiación de sus pecados ante el sacerdote, quien a su vez hará la debida expiación por nosotros ante Dios y nos serán perdonados nuestros pecados."

Prov 28,13
"El que oculta sus pecados no prosperará; el que los confiesa y se aparta de ellos, alcanzará el perdón"

Sal 31,3-5
“Hasta que no confesaba mis pecados, se consumían mis huesos, gimiendo todo el día…”

También lo encontramos en Núm 5,6-7: 
"Di a los israelitas: Si un hombre o una mujer comete cualquier pecado en perjuicio de otro, ofendiendo a Yahvé, el tal será reo de delito. 
Confesará el pecado cometido y restituirá la suma de que es deudor, más un quinto. Se la devolverá a aquél de quien se ha hecho deudor."



Veamos ahora en el Nuevo Testamento:
Mt 3,6: En tiempos de San Juan Bautista: "Confesaban sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán".

Jn 20,22-23: 
Jesucristo dio poder a sus Apóstoles y a sus sucesores para liberar a las personas de sus pecados: “Reciban el Espíritu Santo, a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.”

Lc 15:20-24
"Y, levantándose, partió hacia su padre. "Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo." 
Pero el padre dijo a sus siervos: "Daos prisa; traed el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en la mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta." 

Si fuera suficiente el mero arrepentirse para romper con el pecado y estar en paz el hijo pródigo no hubiese tenido que ir a casa a buscar a su padre para pedirle y recibir su perdón. Sólo cuando él recibió el abrazo de su padre encontró plenitud, se sintió perdonado. Este abrazo yo lo experimento cuando al confesarme recibo del sacerdote la absolución de mis pecados. 

Hch 19,18: Esto lo hacían los primeros cristianos: "Muchos de los que habían creído venían a confesar y revelar todo lo que habían hecho".

Muchos utilizan como pretexto decir que no se confiesan con pecadores. Veamos lo que dice Hb 5,1-6
“Todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres, y los representa en las cosas de Dios; por eso ofrece dones y sacrificios por el pecado. Es capaz de comprender a los ignorantes y a los extraviados, pues también lleva el peso de su propia debilidad; por esta razón debe ofrecer sacrificios por sus propios pecados al igual que por los del pueblo”

El que está con Dios es sincero. La misma gente que dice no confesarse con un pecador la vemos luego, en muchos casos, yendo a sacar en público sus casos íntimos y sus trapos sucios en programas que actualmente se transmiten en televisión. A muchos los vemos yendo a pagar dinero con un psicólogo o un psiquiatra e incluso con un brujo para que los escuche y allí hasta dicen los mismos pecados que a los sacerdotes le confesarían. Se desahogan pero no logran recibir lo que solamente y sin tener que pagar dinero, un sacerdote les puede dar: la liberación, la absolución de sus pecados, la paz y el cielo en plenitud aquí mismo en la tierra. Y sepan ustedes, que hasta el mismo psicólogo y psiquiatra necesita ir donde el sacerdote a confesarse y liberarse de sus pecados. Dígase igual de nosotros los mismos sacerdotes.

HE AQUÍ LOS PASOS 
PARA HACER UNA BUENA CONFESIÓN:


(1) ALOSI, Sandra, Descubre la fe verdadera. Juegos didácticos para niños. Misión Fe Católica - Face’Dios, Puerto Ordaz, Venezuela 2012

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