a) María, Madre de Dios:
“La razón principal es ésta: Si Jesús es Dios y María es madre de Jesús, entonces María es Madre de Dios. La encarnación significa que en un instante dado se unió la segunda Persona de la Trinidad, el Verbo, en el hijo engendrado milagrosamente por María” (1).
Quienes niegan que María es Madre de Dios están cayendo en el mismo error de la herejía de Nestorio (siglo V d.C.) quien afirmaba que en Cristo habían dos personas: un Cristo hombre y un Cristo Dios y sostenía que María era madre de Cristo hombre pero no era madre de Cristo Dios. En Jesucristo hay una sola persona y todas las veces que en la Biblia hay alusión o mención de Él siempre es en singular, como una sola persona. Por ejem: “...en él fueron creadas todas las cosas”; no dice, “en ellos”.
Quienes niegan que María es Madre de Dios, no ven que lo que se niega de María afecta directamente a Jesucristo: lo que se niega de ella, en muchos aspectos, se niega también de Él.
En el evangelio de Lc 1,39-45, Isabel, llena del ESPÍRITU SANTO dice: "¡Qué favor que la Madre de mi SEÑOR venga a mí!”. La palabra griega para definir Señor que utiliza Isabel es "Kirios", que es la misma empleada en la versión griega del Antiguo Testamento para traducir "Adonai". Cuando una persona habla movida por el ESPÍRITU SANTO es Él quien habla; luego, fue el mismo ESPÍRITU SANTO quien llamó a María “Madre de Dios”
b) María, Madre nuestra:
Sal 86,16: “¡vuélvete a mí, tenme compasión! Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava”.
Este pasaje nos lleva a mirarnos como hijos de la mujer que a sí misma se reconoció como esclava del Señor: María (Lc 1,38).
Jn 19,26-27: Estando en la cruz, Cristo le hace entrega a Juan de su mamá para que éste la reciba como Madre y desde aquel día el discípulo la lleva a su casa. Ella también sería madre para nosotros, pues en el discípulo está representada toda la humanidad.
Ap 12,17. Luego que el dragón no pudo contra la mujer que dio a luz al Salvador, fue a hacerle la guerra al resto de sus descendientes; aquellos que observan los mandamientos de Dios y guardan las declaraciones de Jesús.
Una hermosa costumbre en muchas familias donde los niños y jóvenes pasan bastante tiempo en las casas de sus amigos es la siguiente; decir: “La mamá de mi mejor amigo es también mi mamá”. Y es que aquellas madres también los empiezan a sentir y a tratar como a sus propios hijos. ¿Cómo no decirlo yo de la madre de mi mejor amigo, Jesucristo el Señor? ¿Y tú...? ¿Le dirías Madre?
María es madre nuestra también por el Bautismo; por este sacramento hemos recibido el mismo Espíritu de Jesús (Ga 4,6) y somos coherederos también con él (Rm 8,17); entonces por ello, Jesucristo también ha querido compartir su madre con nosotros. Yo le digo Amén y la recibo. ¿Y tú...?
1) Este tema fue tomado de: e-Sword: The sword of the LORD with an electronic edge., Diccion. de respuestas católicas; Madre de Dios.
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