jueves, 21 de marzo de 2013

AUXILIO PARA LOS QUE NO CREEN EN LA PRESENCIA REAL DE CRISTO EN LA HOSTIA CONSAGRADA.




La forma escogida por Dios para estar íntimamente en comunión con sus hijos, alimentándonos para la vida eterna al comer del mismo cuerpo de su amado Hijo Jesucristo, es un acto de Salvación que desató en Satanás toda rebelión. Por eso debemos estar siempre prevenidos manteniéndonos firmes en fidelidad a las enseñanzas de los Apóstoles y de los primeros cristianos: Jesucristo les dio de comer a sus discípulos su propio cuerpo y su propia sangre en las apariencias del pan y vino: 

Mt 26,26-28
"Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: "Tomad, comed, éste es mi cuerpo." 
Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: "Bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados." 

Lc 22,19:
"Tomó luego pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: "Éste es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío."

Mc 14,22-24:
"Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: "Tomad, éste es mi cuerpo." 
Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. Y les dijo: "Ésta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos." 


Lo que dice Lc 24,13-35 es decisivo para encontrar a Jesucristo vivo: los discípulos reconocerían a Jesucristo vivo en la fracción del pan; hoy, como ayer, y por siempre.

San Pablo tenía viva conciencia de que comía y bebía el cuerpo y la sangre de Cristo cada vez que se reunían para la cena del Señor y subraya las consecuencias por no creer: 1Cor 11,27-30

"...Por tanto, quien coma el pan o beba el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del SeñorExamínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba del cáliz. Pues quien come y bebe sin DISCERNIR EL CUERPO, come y bebe su propia condena>>

Luego, en 1Co 11,29, él mismo dice: 

"Como a sabios hablo; juzgad vosotros lo que digo. La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?"

No todos creerían en Cristo, no todos aceptarían comerle en el pan eucarístico. Muchos decidieron abandonar ser sus discípulos (Jn 6,66) y sólo le creyó y se quedó con él la Iglesia de la sucesión apostólica: 

Jn 6,66-69.
Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él
Jesús dijo entonces a los Doce: "¿También vosotros queréis marcharos?" 
Le respondió Simón Pedro: "Señor,  ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras  de vida eterna, y nosotros creemos  y sabemos que tú eres el Santo de Dios." 


Jesucristo no está haciendo una obra de teatro o una representación simbólica cuando fuertemente le dijo a los que le venían siguiendo:

(Jn 6,48-58)
“El pan que yo os daré es mi carne y lo daré para la vida del mundo... Si no comen la carne del Hijo de Hombre y no beben su sangre no tendrán vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre vive de vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.   Como el Padre, que es vida, me envió y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo. Pero no como el de vuestros antepasados, que comieron y después murieron. El que coma este pan vivirá para siempre.”


... Y dicen... "la palabra EUCARISTÍA no es bíblica... es una imposición de hombres..."


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