lunes, 25 de febrero de 2013

LA PALABRA JEHOVÁ, UN ERROR QUE TE DESVÍA DE DIOS.




No digas JEHOVÁ, no enseñes esa palabra, no la pregones; porque los errores deben corregirse y no prolongarse. Es una trampa de Satanás para hacer que invoques a un dios que no existe porque hace que tus labios pronuncien un nombre fue inventado por hombres, que Dios nunca se dio a sí mismo, que no existe y que está construido sobre el error, sobre una falsificación.  Con la palabra Jehová terminas llamando a Dios por un nombre que no es el de Él.  Diría Dios: “No es a mí a quien estás llamando, pues ese no es mi nombre. ¿Entonces, a quién llamas? ¿Acaso te has estás haciendo tú mismo otro dios?”

Lea lo que digan diccionarios de reconocida autoridad; no te guíes por aquellos que no van a fondo en los términos:

Gran Enciclopedia Universal
“JEHOVÁ: incorrecta forma de pronunciar el y deletrear el nombre del Dios de Israel, Yahvé.”

Diccionario Enciclopédico; (Plaza    Janes, S.A.): 
“JEHOVÁ: Lectura errónea de Jahvé.”

Enciclopedia Británica
“JEHOVÁ: Una errónea lectura del nombre del Dios de Israel”.

Enciclopedia Americana
“JEHOVÁ: Una errónea pronunciación del nombre del Dios de Israel en la Biblia.”

Nueva Enciclopedia Larou
“JEHOVÁ: Forma incorrecta por Yahvé.”

Vale comparar que si en algún documento legal el nombre de alguien aparece con una sola letra modificada, la persona quedará afectada ante cualquier acto jurídico posterior. Ella diría: "Lo que dice ese documento no es conmigo...” o le dirían las demás personas... “lo que dice ese documento no es contigo”

Dice uno de los Mandamientos: "No tomarse el nombre de Dios en vano"... (Dt 5,11; Ex 20,7) y también el Padre Nuestro: "Santificado sea tu Nombre" (Mt 6,9) y “SANTO” significa “SIN MANCHA”; el nombre de Dios no puede tener mancha alguna. 

En Lv 21,6 está escrito: “No profanarás el nombre de su Dios”. Al nombre de Dios se le ha de respetar. 

No hay documentos que respalden que DIOS lleve el nombre de JEHOVÁ. Todo lo contrario; con documentos en mano se puede demostrar que JEHOVÁ nace de una adulteración o falsificación del nombre de ADONAI. Un error no puede ser al mismo tiempo una verdad, y cuando un error se enseña como una verdad entonces se está mintiendo, y donde está la mentira está Satanás. Muchos no tienen culpa de estar mintiendo a causa de que no saben que andan mintiendo y cuando se enteran sufren de vergüenza y dolor. Necesitan auxilio en la fe.

¿Cómo? ¿Jehová no es el nombre de Dios?
Así como lo estás leyendo. No te dejes impresionar por haber leído la palabra Jehová en muchas Biblias. Fíjate en la fecha de su edición y verás que fueron elaboradas en recientes décadas; el papel aguanta lo que le pongan. Una mentira, por el hecho de que muchísimas personas y libros la repitan y multipliquen, no se convierte en verdad; simplemente han ayudado a que la mentira se haya vuelto más grande, se expanda. Pero la mentira será siempre la mentira y, al encontrar la verdad, ésta permanecerá de pie y la mentira caerá por su propio peso.

La Palabra JEHOVÁ no aparece en los manuscritos originales de la Biblia (hebreo y griego); fue un invento derivado de un error cometido por los MASORETAS (Maestros rabínicos de la Escuela del Tiberiades) entre los siglos VI y X después de Cristo. Ellos adulteraron la palabra “ADONAI” (el Señor)  modificando la primera letra (”a”) por la letra “e” al introducir todas las vocales de este nombre (ADONAI) entre las cuatro consonantes YHWH. Lo que debería resultar YAHOWAH terminaron escribiéndolo como YEHOWAH. Han falsificado el nombre de ADONAI cambiándole la primera vocal “A” por la vocal “E” para llegar al nombre de JEHOVÁ. 

Vale recordar que la última letra de ADONAI la “i” no fue contada porque para los hebreos la “i” es una consonante y no una vocal. El problema de fonética que tenían estos Masoretas para pronunciar la “A” después de la primera consonante “Y” no les daba derecho alguno de cambiarle a ADONAI su nombre. No creo que aquellos masoretas hayan tenido la premeditada intención de adulterar e irrespetar el nombre de ADONAI y en consecuencia el de Dios; tal vez no sabían de la gravedad del error que estaban cometiendo. Del árbol caído de nuestros errores humanos Satanás saca leña para prenderle fuego a los hijos de la Iglesia de Dios que encuentra más débiles en la fe. Hoy estamos pagando las consecuencias.

Una manera de demostrar que la palabra JEHOVÁ nunca existió en la lengua y la cultura en la que Jesucristo vivió está en los nombres que le ponían a las personas de aquella época. Así como hoy, en la cultura hebrea se le daban nombres compuestos a los niños; especialmente sucedió con aquellos que llegaron a ser muy importantes en el plan de Dios: una partícula refería directamente a Dios y otra a una cualidad o rasgo del mismo Dios. En los siguientes ejemplos veremos cómo para estos nombres especiales se tomaba la primera parte del tetragrama YHWH: ”YH” respetando siempre  la primera vocal “A” de ADONAI (”YAH”) y al mismo tiempo podemos ir viendo como sería el resultado con esos nombres si allí hacemos lo mismo que hicieron los masoretas, cambiando la “A” por la “E”: 

ABDÍAS: viene de Abd-YaH que quiere decir, siervo de YaHVéH. Si cambiamos la “A” por la “E” quedaría Abd-YeH y al final el nombre no quedaría ABDÍAS sino ABDÍES.

ELÍAS: viene de El-YaH que quiere decir, mi Dios es YaHVéH. Si cambiamos la “A” por la “E” entre la “Y” y la “H” quedaría El-YeH y al final el nombre no quedaría ELÍAS sino ELÍES.

JEREMÍAS: viene de Jerem-Yah que significa, sostiene YaHVéH. Si cambiamos la “A” por la “E” quedaría Jerem-YeH y al final el nombre no quedaría JEREMÍAS sino JEREMÍES.

ISAÍAS: Viene de Isa-Yah... salva YaHVéH. Si cambiamos la “A” por la “E” quedaría Isa-YeH y al final el nombre no quedaría ISAÍAS sino ISAÍES.

¿Verdad que ni a Abdías, ni a Jeremías, ni a Elías, ni a Isaías, ni a Adonai ni a usted amigo católico o hermano esperado les gustaría que le cambiaran sus nombres? ¿Seguro que todos ellos y ustedes protestarían y pedirían que respetaran sus nombres y no lo manchen, verdad?. Pues; mucho menos a Dios se le debe de andar adulterando, cambiando y manchando de error el suyo.

Otro ejemplo más: La exclamación litúrgica: "HALLEL-U-YAH" significa: "Alabad a YaHVéH". Por lo tanto, la primera vocal no es la letra "E" como pensaban los masoretas sino la letra "A". Si fuera con la letra “E” imagínate como la estarían pronunciando cuando cantan.... Estarían cantando: ¡ALELUYEEE, ALELUYEEE, ALELUYEEEE....!

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