GUÍA BÍBLICA PARA RECIBIR A JESUCRISTO
<<Etíope>>
(IV Edición)
Útil para unir a los cristianos
y aclarar tus dudas en la fe católica...
CONOCE TU FE,
ASÍ PODRÁS CONOCER Y AMAR A JESUCRISTO
Nadie logra amar a quien no conoce bien.
Elaborada por: Padre HÉCTOR PERNÍA, sdb (Mfd)
Marzo - 2012
HERMANOS ESPERADOS,
… no es que los Católicos
están en un camino equivocado;
es que muchos están desinformados.
HERMANOS CATÓLICOS,
… no es que los Hermanos Esperados
están muy preparados;
es que están muy mal informados.
AVERÍGUALO…, Y LO COMPROBARÁS…!
(Diálogo inspirado en el encuentro
entre el Etíope y Felipe en Hch 8, 26-40)
FELIPE: Hacen una interpretación errada
de Lv 17,12 que dice: “Ninguno de ustedes comerá sangre, ni tampoco
el forastero que viva entre ustedes”.
Toman el donar sangre como un caso de comer sangre.
La prohibición mosaica de comer sangre está
dirigida a prohibir a los israelitas que siguieran las perversas costumbres de los cananeos que sacrificaban y
derramaban la sangre de los niños y niñas para el dios Moloch y de los fenicios
para el dios Baal y Astarté. Los sacerdotes de estos dioses comían parte de tal
sacrificio. Podemos ver esto en (2Re
23,10; Sal 106,38; Sb 12,3-5). La Ley Mosaica
permitió sólo el sacrificio de animales.
Nosotros pertenecemos a la Ley de Cristo y no a la
Ley Mosaica. Los Testigos de Jehová se sitúan en línea directa con la ley
mosaica y en oposición frontal a Jesucristo porque éste les manda a comer su
cuerpo y a beber su sangre (Jn
6,52-58), cosa que para ambos (judíos y testigos de Jehová) coinciden
en considerarlo un grave pecado, un escándalo y fue uno de los muchos motivos
por lo que le crucificaron.
Los discípulos de Jesucristo comemos su cuerpo y
bebemos su sangre en la Eucaristía porque Él mismo así nos lo mandó. Él es el
nuevo cordero que a sí mismo se inmola por todos los hombres para pagar todos
nuestros pecados con su sangre derramada en el altar de la cruz. Tal sacrificio
lo completa Jesucristo en la Eucaristía cuando dijo: “El pan que yo daré es mi carne, y lo daré para la vida del mundo” (Jn 6,51), y lo cumple en la Última Cena al tomar pan
entre sus manos y decirle a sus discípulos: “Tomen, esto es mi cuerpo.” Tomó luego una copa, y después de dar gracias,
se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: “Esto es mi sangre, la
sangre de la Alianza, que será derramada por muchos”. Mc 14,22-24
ETÍOPE: No sólo son las personas
necesitadas de una donación de sangre las que se ven afectadas por la prohibición
de tal acto que hacen los Testigos de Jehová sino que es el mismo Jesucristo
quien termina siendo cruelmente acusado de pecador y anatema por haber dado a
beber su sangre y a comer su cuerpo. Perdónales, Señor, porque no saben lo que
están haciendo.
FELIPE: El amor más grande está en dar
la vida por los demás (Jn 15,13); y así como Jesucristo lo hizo por nosotros así debemos hacerlo nosotros
por nuestros hermanos (1Jn 3,16). Todo el sacrificio de
Jesucristo en la cruz puede ser explicado totalmente en clave del mismo
propósito de una transfusión de sangre. Su sangre es de tipo universal, es
capaz de rescatar cualquier vida que está en peligro de muerte. Él tiene vida
en plenitud (Jn 10,10) y nadie se la quita, la entregó con plena
libertad (Jn 10,18). A medida que fue derramando su sangre por
nosotros nos fue perdonando, nos fue amando, nos fue liberando de la muerte
eterna a la que nos condenaba el pecado. Cuando donamos sangre lo hacemos hasta
un límite… Él no escatimó ni se reservó para sí ni una gota. Toda la entregó,
hizo donación de toda su sangre. Si nosotros permanecemos sin parar donando
sangre, también nos espera la misma suerte de Jesucristo: moriríamos amando a
los demás.
Con todo el respeto y el amor que
se merece cada Testigo de Jehová, justamente por amor, les digo: abran sus
ojos. La negación de su doctrina a participar en la donación de sangre por
algún enfermo, es realmente un actuar conforme a lo que el mismo Satanás
hubiese tratado de hacer al intentar convencer a Jesucristo de que no subiera a
Jerusalén a dar su vida por todos (Mc 8,33). Pedro estaba
cayendo en esa misma tentación y Jesucristo lo reprendió, le abrió los ojos.
Pedro recapacitó y corrigió; ustedes son los que ahora son tentados por Satanás
y andan pensando no como Dios sino como los hombres, para que no den su sangre
por sus hermanos. Pidan a Dios la humildad y la fidelidad de Pedro, corregir y
hacer lo mismo que Jesús; también Pedro entregó su vida en el martirio como
Jesucristo.
Ex-Testigo de Jehová: "TESTIMONIO"
SIGUE BAJANDO.....
Y VISITA CUALQUIERA DE LOS DEMÁS TEMAS DE LA
GUÍA BÍBLICA PARA RECIBIR A JESUCRISTO.
como dice el dicho... "Cuando las cosas son ciertas". http://informe21.com/actualidad/12/05/30/testigo-de-jehova-abaleado-agoniza-por-negarse-a-una-transfusion
ResponderEliminarHace unos dos mil años, poco después de la fundación del cristianismo, los fieles recibieron este mandato divino: “Que se abstengan de [...] la sangre”. La prohibición no se dio por razones de salud, sino debido al carácter sagrado de la sangre (Hechos 15:19, 20, 29). Hay quienes opinan que esta restricción solo es aplicable al acto de comer sangre, pero el verbo abstenerse habla por sí mismo. Si un médico nos dijera que nos abstuviéramos del alcohol, no se nos ocurriría inyectárnoslo por las venas.
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