viernes, 29 de marzo de 2013

LA ORACIÓN POR LOS DIFUNTOS (El Purgatorio)



a) En la Biblia:
Ap 21,27: “En el cielo no entrará nada manchado”

2Mac 12,42-46: Se nos dice que los judíos oraron por sus compañeros muertos y Judas Macabeo mandó hacer por ellos un sacrificio expiatorio para que fueran liberados del pecado. Vayamos a la Escritura: 

"...y pasaron a la súplica, rogando que quedara completamente borrado el pecado cometido. El valeroso Judas recomendó a la multitud que se mantuvieran limpios de pecado, a la vista de lo sucedido por el pecado de los que habían sucumbido. 
Después de haber reunido entre sus hombres cerca de dos mil dracmas, las mandó a Jerusalén para ofrecer un sacrificio por el pecado, obrando muy hermosa y noblemente, pensando en la resurrección. 
Pues de no esperar que los soldados caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos; mas, si consideraba que una magnífica recompensa está reservada a los que duermen piadosamente, era un pensamiento santo y piadoso. 
Por eso mandó hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado." 


2Tim 1,16-18: Pablo nos abre el camino dándonos ejemplo de orar por los difuntos. Leamos:  "Que el Señor conceda misericordia a la familia de Onesíforo, pues me reconfortó muchas veces y no se avergonzó de mis cadenas, sino que, en cuanto llegó a Roma, me buscó solícitamente y me encontró. 
Concédale el Señor encontrar misericordia ante el Señor aquel Día. Además, cuántos buenos servicios me prestó en Éfeso, tú lo sabes mejor."

Mt 12,32: Deja entrever con claridad que, si hay pecados graves que no se pueden perdonar en la otra vida, es porque hay otros que sí pueden ser perdonados. Esto es lo que dice:  "Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro."

Lc 16,19-31: Según algunos expertos el rico epulón se encontraba en el purgatorio y no en el infierno, puesto que dialogaba con Abraham y se preocupaba por sus hermanos, lo que sería imposible si se encontrara en el infierno, donde hay puro odio. 

1Cor 3,13-15: “Un día, muchos que estén en pecado, tendrán que purificarse según sus obras hechas en esta vida, pero como a través del fuego”. Este daño o pena no se puede referir a la condena en el infierno ya que nadie se salva de allí, y no puede significar el cielo ya que no hay sufrimiento allí, no hay fuego. Sólo la doctrina del Purgatorio explica este pasaje” (1)

b) En los primeros cristianos: 
Tertuliano (160–222 d.C.): “Cada día hacemos oraciones por los difuntos”(2

Una inscripción encontrada en una de las tumbas de los cementerios de los primeros cristianos dice: “Oh, Señor, que estás sentado a la derecha de nuestro Padre, colocad entre vuestros santos el alma de Nectario, Expectato, Alejandro y Pompeyo, que el Señor os proporcione algún alivio”.

San Juan Crisóstomo, Patriarca de Constantinopla (344-407 d. C.): “No en vano los Apóstoles introdujeron la conmemoración de los difuntos en la celebración de los Sagrados Misterios. Sabían ellos que esas almas sacan de ella gran provecho y utilidad”.(3)

Un plan de Satanás también se cocina contra este misterio tan importante de nuestra fe, para que las almas de todos los difuntos que se vieron en la hora de la muerte sin haberse podido antes reconciliar, se vean sin el auxilio de la oración de sus familiares o amigos y abandonadas ante las tentaciones del Diablo para que ellas no acudan a la misericordia de Dios y no alcancen su salvación. El le ha hecho creer a muchos que no sirve de nada rezar por los difuntos y que eso es pecado. 
1) Cf. P. DIDIER, Catequesis virtual Jesús dice hoy. El Purgatorio.
2) De Corona Milites, c, 4.
3) Homilía tercera, En Filipo, n.4.

1 comentario:

  1. Gracias por este hermoso texto. Es una realidad hoy día esta instaurada la creencia de que no existe ni cielo, ni purgatorio, ni infierno.

    Inclusive lo consideran una superstición. Caemos así en un letargo, y nos perdemos en apreciar y aprovechar cada día de vida en reparar en corregir, El Espíritu Santo, el Paráclito, nos guía en esto para reconocer este segunda oportunidad para reparar la falta cometida.

    Otro tema es la perdida de conciencia de bien y mal... Esto inocula a la persona para que no reflexione sobre la consecuencia y trascendencia de lo que hizo mal o lo que dejó de hacer. Y mas allá, de donde le viene esta raíz de mal.

    Al conocer esta verdad, utilicemos este tiempo para reparar, corregir en penitencia y oración.

    Gracias de nuevo.

    Dios les bendiga.

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