Tal cita bíblica no hace referencia a una Iglesia sino a la ciudad de Roma de aquel tiempo; también alude a Jerusalén. Las autoridades de ambas ciudades vivían de manera que tal calificativo les correspondía. Durante tres siglos el Imperio Romano, y su representación en Jerusalén, persiguió a nuestros primeros mártires de la naciente Iglesia Católica (Ap 17,6; 18,24). Los 10 cuernos mencionados en Ap 17, 9 refieren a los 10 reyes romanos desde Augusto hasta Tito, y las 7 cabezas refieren a las ciudades de Roma y Jerusalén; ambas están exactamente rodeadas por siete montes cada una y las siete colinas que rodean a Roma son: Quirinal, Viminal, Capitolina, Esquilina, Palatina, Celia y Aventina.
Curiosamente, el Vaticano, sede de la Iglesia Católica, no ocupa ninguna de las siete colinas de la Roma de aquel tiempo, ya que se encuentra al occidente del río Tíber, mientras la antigua Roma con sus colinas estaba al este del Río.
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